domingo, 22 de marzo de 2009

Hojas Grises

Ciertas hojas grises de venosas garras,

De desplante altivo, filosas, aladas,

Impregnábanse a mis carnes terneras,

Las fueron horadando tal bisturí con velo de desgracias.

Y así fui:

Trago sordo de bolo negro,

paladas-palabras de hadas inflamadas,

Sorbo dulce de amarga corteza de raulí.

Rayo oscuro de luna rojiza (sangrante)

Paso agigantado de hormiga lacónica.

Siervo fiambre de pétalos de hierro.

Un acorazado a sacos de dientes fulgurantes,

¡Ululante engendro del crear cayendo de bruces!

¡Oh amadas hojas grises!

¿hasta cuando las aborreceré?

domingo, 8 de marzo de 2009

2009--2

Como se tejen los flores entre tu pelo,
así crezco yo entre tu cuerpo de ave,
desplegaste tu vuelo, SILENCIO

2009...

Fuiste un bocado dulce,
rojo diamante-cristalino,
el contorno de tu acento pareció traido de rieles floridos,
tras montículos de años-tierra naciste,
tres años de cordillera nos separan ME DIJO EL CALENDARIO...
Y aún así arrastraste tu acento tal tren en alerta,
acariciándome con un VENÍ rotundo,
que me cerró los poros de la lengua.

Adoro mecer mi sueño en trenes de sábanas,
de un negro cegador de hollín de la noche.

frotar mi maquinaria al frenar,
contra la panza de hierro del camino,
contra la estela de rieles que consumo...
susurrá impetuosamente: CALLATE Y DORMÍ.

S XX1

Era de esos días oscuros,

De estalagmita en las nubes,

De una pausa p

R

O

F

U

N

D

A

El ejercicio de mis pulmones ya era mucho.

La desgana me regía como líder innato.

Una cama por sepulcro, habría sido DULCE.

Si no hubiese surgido de entre el barro seco,

Un impulso de vida tal cometa arrasador

Un grito de soldado resistente,

Un respaldo del alma hinchiéndome la carne,

¡Oh Ángeles resurgentes copen mi gemido!:

Quería un vaso de Coca-cola.

Porque sí

Realmente no sé en que consiste este impulso repentino de escribir, muchos lo explicarían como una respuesta lógica a la necesidad de llorar, de reir, de contorsionar el peso de mis remolinos enunciativos en palabras digeribles. Esta explicación convencional, comprensible, casi tangible no se acerca en lo más mínimo a ese nosequé que crece vigoroso en mis marañas-entrañas. Aunque no lo crea, ni lo crean, es más por un "porque sí". Por el árbol, por la mesa, por el vaso lleno, por el gato, por las hojas que cuelgan de mi tronco, y el picaflor que baila fuera de mi ventana, fuera de mis ojos, dentro igual, que importa. Podría citar infinidad de elementos que suelen parecer parte de mi esencia, si el ejercicio de ser fuese simple de relatar, juro que lo habría hecho así. Por ahora, creo que me limitaré a no alardear de pensador alocado, desaforado, vomitador de lamentos, creador de cualquier realidad "original". Basta con no saber, saber nada (aunque la nada ya es algo pero bueno) estoy aquí porque sí, no me hinchen eh! Si pudiera responder el por qué de escribir, sabría responder el por qué de todo y no estaría deslizando mis manos por este teclado.